EN SÍNTESIS

Por Alfredo Cuéllar*
Un cierre del gobierno en Estados Unidos parece, a primera vista, un fracaso institucional. Oficinas cerradas, empleados sin sueldo, servicios suspendidos. Sin embargo, para Donald Trump, la parálisis no es una derrota: es una herramienta de poder.
En términos de Micropolítica, el cierre del gobierno le permite varios beneficios estratégicos:
- Erosionar la confianza en el Estado. Trump refuerza su narrativa de que Washington es ineficiente y enemigo del pueblo. El caos valida su discurso: “el sistema falla, yo soy la salida”.
- Trasladar la culpa. Al culpar a demócratas o republicanos moderados, convierte la crisis en un campo de batalla político donde puede aparecer como el único dispuesto a resistir.
- Fortalecer a su base. Sus seguidores no ven el cierre como tragedia, sino como acto simbólico de rebeldía contra el “establishment”.
- Negociar desde el caos. Al mostrar que puede soportar más el conflicto que sus adversarios, aplica el principio del menor interés, aumentando su poder de presión.
- Normalizar el autoritarismo. Cada cierre es prueba de que la democracia no funciona, abriendo espacio para soluciones concentradas en la figura presidencial.
En resumen: mientras la sociedad pierde con la parálisis, Trump gana si logra imponer su narrativa. El costo colectivo se convierte en ganancia política para un líder que ha hecho del caos y de la mentira un instrumento de control.
Dr. Alfredo Cuéllar es especialista en Micropolítica, consultor internacional y profesor jubilado de la Universidad Estatal de California en Fresno. Ha trabajado en decenas de universidades, incluyendo Harvard. Sus artículos se centran en educación, migrantes, política, sociología, cultura y la actualidad. Consultas y comentarios: alfredocuellar@me.com












