Después de la histórica reunión entre Trump y Putin, Zelenski asistió a la Casa Blanca para dialogar sobre el destino de la guerra que se desarrolla en su país
Luego de tener lugar la reunión entre Donald Trump y su par ruso, Vladimir Putin, en Alaska, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tuvo al fin su oportunidad para dialogar cara a cara con el mandatario estadounidense. Si bien Zelenski no fue admitido en el encuentro entre Trump y Putin y fue relegado a una reunión posterior, el presidente ucraniano llegó a la Casa Blanca acompañado de varios líderes europeos con el único fin de reafirmar los aspectos innegociables de Ucrania para poder avanzar hacia un posible fin de la guerra.
Entre las figuras europeas que escoltaron al presidente ucraniano hasta el Despacho Oval se encontraban la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés, Emmanuel Macron, la primer ministra italiana, Giorgia Melloni, el canciller alemán, Friedrich Merz, el presidente finlandés, Alexander Stubb, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutthe.
Para esta oportunidad, hubo un diálogo mucho más amigable en comparación al primer encuentro que tuvieron Zelenski y Trump a principios de marzo, en el cual el presidente estadounidense responsabilizó directamente a su homólogo ucraniano de la prolongación de la guerra. Ambos líderes de Estado tuvieron esta vez un tono mucho más reconciliador. De hecho, el mismo periodista que le había preguntado a Zelenski por qué no usaba traje en aquel momento, elogió el traje que el ucraniano llevaba puesto. El presidente ucraniano no dejó pasar la oportunidad y le respondió con ironía: “Lo recuerdo y está usando el mismo traje. Yo me cambié, usted no”.
Uno de los aspectos clave que trataron fue la posibilidad de ceder territorio a Rusia a cambio de un alto al fuego, una propuesta lanzada por el Kremlin. Este mismo busca tomar el control completo de la región de Donbás, territorio mayormente ocupado por Rusia desde el inicio de la guerra, así como también ofrecer el control total de la península de Crimea, que se encuentra en disputa entre ambos países desde 2014. Mientras que Trump está de acuerdo con la propuesta rusa, Kiev la califica de intolerable y apela a la Carta Magna ucraniana para señalar la inconstitucionalidad de la oferta.
Otro aspecto que Ucrania deseaba negociar directamente con Estados Unidos es la garantía de seguridad para proteger al país de una futura invasión rusa. En este aspecto, Trump está dispuesto a ofrecer esa garantía en el caso de un potencial acuerdo de paz.
No obstante, Trump y Zelenski volvieron a mostrar sus diferencias en torno a un alto al fuego. Mientras que el líder ucraniano compartió horas antes de la reunión que la paz es imprescindible para abrir espacio a un acuerdo definitivo, Trump afirmó durante la reunión que no ve necesario un alto al fuego. “Sé que podría ser bueno tenerlo, pero también puedo entender estratégicamente por qué un país u otro no lo querría”, señaló.
Aun así, ambos mandatarios estuvieron de acuerdo en la necesidad de una cumbre trilateral que incluya a Vladimir Putin. Minutos después de la reunión, Trump aseguró que se comunicó con el líder ruso para iniciar los preparativos para una reunión entre los tres. Ante esta oportunidad, el presidente Macron planteó la posibilidad de que Europa también participe de la reunión. “Creo que, para hacer un seguimiento, necesitaríamos una reunión a cuatro bandas, porque estamos hablando de garantías de seguridad, estamos hablando de la entera seguridad del continente europeo”, afirmó el mandatario francés.
Si bien la reunión en la Casa Blanca logró resaltar una aparente armonía entre los líderes europeos y Donald Trump, también expuso el choque de intereses entre las partes. Mientras que Trump sigue en busca de ganarse el papel de conciliador global que logre poner fin a la guerra que lleva más de tres años, Zelenski se ve atrapado entre continuar resistiendo ante los ataques rusos sin los recursos necesarios y la renuncia de la soberanía del país en su Defensa y en vastas extensiones de territorio. Por su parte, la Unión Europea sigue con preocupación el estado en el que se encuentra Ucrania para seguir resistiendo a la guerra, ya que, en el caso de que Rusia logre derribar el país, temen que la puerta quede abierta para que el Kremlin avance sobre el continente.