EN SÍNTESIS
En los grandes escenarios del poder, el cuerpo del líder se convierte en símbolo, campo de batalla y herramienta estratégica. En este ensayo, el Dr. Alfredo Cuéllar —creador de la Micropolítica— analiza las implicaciones profundas de ocultar o gestionar la salud física y mental de los presidentes, a partir de los casos recientes de Donald Trump y Joe Biden. Entre informes médicos oficiales y señales públicas de deterioro, surge una pregunta crucial: ¿puede una democracia sobrevivir cuando el poder se sostiene sobre cuerpos cansados y verdades a medias?
FUNCIONARIOS Y SU SALUD
Durante mucho tiempo, la salud física y mental de los presidentes ha sido un tema envuelto en silencio, maquillaje oficial y complicidades institucionales. En Estados Unidos, un país que presume de democracia y transparencia, los diagnósticos reales sobre la capacidad cognitiva de los líderes suelen ser ocultados bajo el manto de la “seguridad nacional” o la lealtad partidaria. El caso de Donald Trump, hoy nuevamente presidente de los Estados Unidos es paradigmático.
TRUMP ¿BUENA SALUD?
Los informes médicos oficiales, como el publicado en abril de 2025 por el Dr. Sean Barbabella, declaran que Trump está en “excelente salud” y “plenamente apto” para ser comandante en jefe. Incluso se afirma que obtuvo una puntuación perfecta en la Evaluación Cognitiva de Montreal (MoCA), lo cual parecería despejar dudas. Pero los discursos, las contradicciones, los olvidos, los episodios de confusión y las incoherencias en entrevistas recientes pintan otra realidad: la de un líder que parece perder agilidad mental ante las cámaras.
LA SALUD COMO MICROPOLÍTICA
Este doble juego entre el parte médico y la evidencia empírica revela una verdad incómoda: en los pasillos del poder, la salud del líder no solo es un asunto médico, sino micropolítico. Se administra, se manipula, se dosifica. Los asesores, familiares, partidos y medios participan en una coreografía donde lo importante no es el bienestar del gobernante, sino la preservación del poder que representa. Desde la perspectiva de la Micropolítica, el cuerpo del líder se convierte en un campo de batalla estratégico: quien controla el relato sobre su salud, controla el entorno de decisiones y acceso al poder.
TRUMP PUEDE ESTAR CON MALA SALUD
Aunque los informes médicos declaran a Trump en buena condición, múltiples observadores han señalado comportamientos preocupantes: desorientación en eventos públicos, dificultad para seguir conversaciones, contradicciones frecuentes y olvidos notorios. Físicamente, ha presentado signos de fatiga, problemas de equilibrio y una pérdida de peso considerable cuya causa no ha sido esclarecida. Estos indicios, aunque no clínicamente confirmados, generan dudas legítimas sobre su capacidad para enfrentar las demandas del cargo más exigente del mundo.
CASO DE BIDEN
Trump no es el único. En mayo de 2025, el expresidente Joe Biden fue diagnosticado con cáncer de próstata en etapa 4, con metástasis ósea. Paralelamente, la publicación del libro ‘Original Sin’ reveló episodios de deterioro cognitivo durante su presidencia. El círculo íntimo de Biden habría ocultado estos signos para proteger su imagen y sostener su poder. Esto plantea una inquietud fundamental: ¿debe permitirse que un líder con capacidades mermadas permanezca en funciones?
MUCHOS CASOS
Trump no es el primero. Reagan fue diagnosticado con Alzheimer tras dejar la Casa Blanca. Mao gobernó entre isquemias y paranoia. Franco murió entubado, mientras su círculo evitaba hablar de su estado. El poder se aferra al cuerpo aun cuando éste se agota. La pregunta que queda es: ¿cuál es el límite moral de permitir que un cuerpo envejecido y una mente alterada gobiernen una potencia nuclear?
ESTRATÉGICA MICROPOLÍTICA
Desde la Micropolítica, este encubrimiento no es casualidad: es estrategia. Controlar el relato médico es controlar la narrativa del poder. La salud se vuelve secreto de Estado, campo de negociación y también instrumento de manipulación. Cuando el cuerpo del líder se convierte en fetiche de estabilidad, el precio lo paga la democracia.