Transforma la humedad ambiental en agua segura; fue reconocido por National Geographic en competencia internacional
Ante la creciente crisis hídrica en Monterrey, Nuevo León, dos estudiantes mexicanos desarrollaron una innovadora tecnología con impacto ambiental y social. Juan De la Cruz, de 17 años, y Ameyali Aguilar, de 18, crearon CAMO, un dispositivo de bajo costo que extrae agua potable a partir de la humedad del aire. Su propuesta fue reconocida con el Logro Distinguido en la tercera edición del Global Slingshot Challenge 2025, promovido por la National Geographic Society y la Fundación de la Familia Paul G. Allen.
La sequía que afectó severamente a Nuevo León desde 2022 motivó a los jóvenes a crear una solución ante la escasez de agua. “Esto nos hizo reflexionar sobre la situación de las personas en zonas rurales o con menos recursos, que seguramente sufrían aún más”, explicaron sus creadores. La crisis obligó incluso a suspender clases en su preparatoria debido a la falta de suministro.
Inicialmente, CAMO funcionaba como un filtro de moringa y carbón activado, pero al detectar altos niveles de contaminación en las fuentes hídricas locales, el equipo cambió de rumbo y optó por generar agua directamente desde el aire, utilizando tecnología de condensación atmosférica. El dispositivo simula el ciclo natural del agua y emplea celdas Peltier para enfriar una superficie sobre la cual se condensa el vapor.
“El primer prototipo fue construido con piezas recicladas de una computadora donada”, relataron Juan y Ameyali, quienes evitaron deliberadamente el uso de plásticos, apuntando a una solución ambientalmente responsable. Además, CAMO se diferencia de otros sistemas por su bajo costo y la posibilidad de ensamblarse con materiales comunes, sin necesidad de infraestructura sofisticada.
Actualmente, el prototipo produce cerca de 3 mililitros de agua en 20 minutos en condiciones de prueba. Aunque aún no genera agua potable, el equipo trabaja en incorporar filtros de carbón activado y sales minerales para hacer el agua segura y apta para el consumo humano.
Junto a su mentoría, Pamela Silva, ingeniera del MIT y exploradora de National Geographic, los estudiantes buscan escalar su proyecto y adaptarlo a distintos entornos, tanto rurales como urbanos. El objetivo es garantizar que la tecnología pueda ser replicada y utilizada en comunidades afectadas por la escasez de agua.