Aliados de E. U. aguardan decisiones de Trump sobre situación en Medio Oriente

El conflicto entre Irán e Israel abre un nuevo escenario geopolítico y coloca a Trump frente a decisiones críticas sobre intervención militar.

La posibilidad de una acción militar directa por parte de Estados Unidos contra Irán ha puesto bajo escrutinio la política exterior de la administración Trump. Durante su primera campaña presidencial, el ahora mandatario criticó con firmeza las intervenciones armadas en Medio Oriente. En uno de sus discursos afirmó: “Hemos desestabilizado Medio Oriente. Debemos declarar nuestra independencia de un establecimiento fracasado que ha desperdiciado seis billones de dólares en guerras extranjeras en Medio Oriente que nunca terminan, que nunca ganamos”.

Con el conflicto entre Irán e Israel intensificándose, crecen las preguntas sobre el rumbo que tomará Washington ante una escalada. Figuras dentro del movimiento conservador han expresado posturas divergentes: mientras Ted Cruz respalda una intervención abierta, el comentarista Tucker Carlson pidió evitar implicaciones directas en nuevos enfrentamientos regionales.

En ese contexto, la comunidad internacional observa con atención los pasos del gobierno estadounidense. Nikki Haley, exembajadora ante la ONU, planteó la necesidad de respaldar a Israel en la destrucción de instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, advirtió sobre los riesgos de buscar un cambio de régimen en Teherán. “El pueblo iraní es el que debe decidir qué líderes quiere”, sostuvo Haley durante una declaración reciente.

Así, el alcance de una eventual intervención no se limita al plano militar. La pregunta sobre las posiciones que adoptarán otras potencias continúa abierta y se plantean interrogantes sobre los roles que asumirían países clave como China, Arabia Saudita, Alemania, Francia y Reino Unido. Estas naciones no mantienen relaciones diplomáticas fluidas con Trump y podrían verse obligadas a definir su postura en un escenario de confrontación mayor.

Moscú también forma parte del tablero, ya que Rusia, en conflicto activo con Ucrania, mantiene vínculos estrechos con Teherán. Cualquier movimiento desde Washington podría desencadenar reacciones inmediatas en este frente. Además, se ha mencionado a Canadá, país que en ocasiones anteriores fue objeto de comentarios provocadores por parte del presidente.

Tulsi Gabbard, exmilitar y actual directora nacional de Inteligencia, declaró en el Capitolio que Irán no está avanzando hacia una bomba nuclear. Su postura representa una voz crítica dentro del gabinete. Se integró al equipo de gobierno en parte por su rechazo a las operaciones militares prolongadas fuera del territorio estadounidense.

Donald Trump mantiene una postura firme respecto a sus decisiones en política exterior y parece confiado en conservar el respaldo de su base política, pese a las diferencias internas en torno al conflicto.

Finalmente, el escenario plantea un dilema global donde cualquier decisión presidencial no solo definirá la política de Estados Unidos, sino también la respuesta de un sistema internacional frágil, polarizado y atento a los movimientos del líder en Washington.