Estados Unidos y Reino Unido anuncian acuerdo comercial que elimina barreras no arancelarias a productos agrícolas y químicos, impulsando exportaciones
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el jueves un acuerdo comercial con Reino Unido que permitirá eliminar diversas barreras no arancelarias para productos agrícolas y químicos estadounidenses. Durante una conferencia en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el mandatario destacó que esta decisión representa una apertura significativa del mercado británico para sectores clave de la economía nacional.
Trump declaró al presentar los términos del acuerdo que: “El Reino Unido reducirá o eliminará numerosas barreras no arancelarias que, lamentablemente, discriminan injustamente a los productos estadounidenses“, declaró Trump al presentar los términos del acuerdo. Según indicó el presidente, estas restricciones habían limitado previamente la competitividad de productores y exportadores estadounidenses interesados en ingresar al mercado británico.
Además, el acuerdo contempla la creación de una zona de comercio para aluminio y acero, además de garantizar la cadena de suministro farmacéutica entre ambas naciones. Sin embargo, Trump enfatizó que el mayor impacto inicial recaerá sobre los productos agrícolas y químicos, rubros históricamente afectados por medidas regulatorias y sanitarias impuestas por el Reino Unido.
Por medio de un mensaje en redes sociales, Trump subrayó que este pacto comercial constituye un avance importante en las relaciones económicas bilaterales, al tiempo que refuerza el compromiso de su gobierno con los sectores productivos. La eliminación de barreras no arancelarias busca facilitar las exportaciones de productos agrícolas estadounidenses, incluidos alimentos procesados y materias primas, hacia uno de los mercados más relevantes tras la salida británica de la Unión Europea.
Igualmente, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, aclaró que Estados Unidos mantendrá el arancel del 10% impuesto a productos del Reino Unido en abril, pese al acuerdoalcanzado. “Todavía mantenemos un arancel del 10% que generará 6 mil millones de dólares en ingresos para Estados Unidos”, afirmó Lutnick durante la misma conferencia en la Casa Blanca. Esta decisión refleja la continuidad de políticas comerciales que priorizan los ingresos fiscales sin afectar los beneficios obtenidos mediante la apertura del mercado británico.
También, el sector agrícola estadounidense había expresado anteriormente su interés en acceder al mercado británico con menor número de restricciones fitosanitarias y certificaciones adicionales. Las barreras no arancelarias incluían requisitos específicos de etiquetado, controles sanitarios adicionales y limitaciones de acceso para ciertos productos biotecnológicos. Con la entrada en vigor del acuerdo, se espera que dichas limitaciones sean suprimidas o reducidas, permitiendo a exportadores estadounidenses competir en condiciones más favorables frente a otros proveedores internacionales.
En el ámbito de la industria química, el acuerdo también prevé la eliminación de obstáculos regulatorios que restringían la exportación de productos especializados. Fabricantes estadounidenses habían enfrentado requisitos adicionales de certificación y pruebas para acceder al mercado británico, generando costos elevados y retrasos en la comercialización. La eliminación de estas restricciones se presenta como una oportunidad para incrementar la participación de empresas estadounidenses en la cadena de suministro industrial del Reino Unido.
Hasta ahora, el acuerdo bilateral surge en un contexto global caracterizado por ajustes comerciales tras el Brexit, además de disputas arancelarias entre distintas economías. La apertura del mercado británico a productos agrícolas y químicos estadounidenses refleja un acercamiento estratégico que busca fortalecer las relaciones comerciales entre ambos países, al mismo tiempo que preserva ciertas medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos.
Funcionarios de ambas naciones señalaron que el acuerdo representa un primer paso hacia una relación económica más amplia, sin descartar futuras negociaciones en otros sectores. Por ahora, los productores agrícolas y las industrias químicas estadounidenses emergen como los principales beneficiados de esta apertura, en espera de mayores oportunidades de exportación e inversión en el mercado británico.